sábado, 3 de julio de 2010

¿Prohibido insultar?

Últimamente, desde que hace varias semanas perdí la facultad de lo políticamente correcto, se me tacha por parte de muy diversas personas de todas las edades y contextos sociales de perder credibilidad por utilizar insultos, en especial hacia la figura del torero, teniendo que aguantar para más inri que dichas personas sean selectivas con los insultos y que los permitan cuando son formulados por gente "graciosa" o cuando están camuflados bajo pedantes palabras. Sobra decir que yo recibo esos insultos por diferentes motivos constantemente.

-Si insultas pierdes la razón y la credibilidad
-Si insultas te pones a su altura

No son más que dogmas de fe cuya probación es imposible. Para empezar hay que diferenciar el contexto en el que los insultos son formulados. Toda falta de respeto o descalificación hacia cualquier persona cuya manera de vivir su vida sea diferente de la de uno no es más que un insulto gratuito y despreciable, independientemente de si se utilizan tacos o no. Cualquier forma de vida y característica personal cuya intención no sea la de dañar a nadie es digna. A priori, cualquier religión, raza, orientación y práctica sexual, mientras no pretenda perjudicar, herir ni quitarle la libertad a otro ser, es respetable. Curiosamente, son esos insultos los que se permiten y se escuchan constantemente en televisión (léase Telecinco e Intereconomía, por ejemplo), cuando las personas que los lanzan no son merecedoras de respeto, y por lo tanto sí lo son de insultos, es decir, faltas de ese respeto que no merecen. Pero ni siquiera pierdo el tiempo con esos aspirantes a totalitarios sin poder. Mis lícitos insultos van siempre dirigidos a quienes disfrutan torturando y coartando libertades o hacia quienes defienden esas torturas, ya sea hacia negros, mujeres, homosexuales o toros y demás especies animales. Cuando se me dé voz y voto en un debate político es cuando recurriré a lo políticamente correcto. Mientras tanto, debido a mi impotencia en esta pseudodemocracia que sólo debería legislar lo concerniente a su propia especie respetando la vida privada y sin creerse dueña del universo, y ya que la llamada "violencia verbal" en ningún caso es comparable a la violencia física con la que me meto, me dirigiré a esos desmerecedores de respeto, sin perder ningún tipo de razón ni de credibilidad y sin ponerme en ningún caso a su altura puesto que lo que yo defiendo es la libertad de todo individuo mientras que ellos la pretenden exterminar, como lo que son.

HIJOS DE LA GRAN PUTA CABRONAZOS DE MIERDA

2 comentarios:

  1. Te sobran las razones.....el mayor insulto es defender el maltrato animal, en este caso la Tauromaquia.

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  2. Yo pienso que el insulto directo es una falta de imaginación y que es mejor el sarcasmo corrosivo. Tiene más clase y viene a decir lo mismo. Aunque con esto de la taurom... es muy dificil a veces no acordarse de las madres bigotudas de los "siniestros".salu2!

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