martes, 11 de marzo de 2014

La cultura del especismo en Barcelona

Los científicos definen el especismo como una discriminación moral basada en la diferencia de especie animal, la infravaloración de los intereses de quienes no pertenecen a la especie Homo Sapiens. Los antiespecistas opinan que quien se opone a los derechos de los animales y sostiene que el hecho de ser persona se basa en ser miembro de la especie Homo Sapiens no es más que un fanático de la especie. Los animales también luchan por seguir vivos, experimentan el placer y sufren el dolor, el miedo y el estrés. ¿Por qué se iban a respetar esos intereses en nuestra especie y no en las demás?
Esta semana, en el barrio, he sido testigo de un acto especista. Caminaba hacia la prospe, unos metros antes de la plaza Virrey Amat, cuando escuché un fuerte estruendo, como si hubiese explotado una bomba. Los demás viandantes y yo nos quedamos tiesos, preguntándonos qué podía ser lo que estaba sucediendo alrededor. Desde mi posición, pude ver que las personas que estaban dentro de la plaza dirigían sus miradas hacia un mismo punto, apuré el paso y pude ver lo que estaba pasando. Alguien había disparado una gigantesca red que atrapó a todas las palomas de la plaza y la estaban recogiendo como se recogen las redes de los peces en el mar, arrastrándola y comprimiéndola hasta menos de un metro de circunferencia. Las palomas sufrían al ser apiñadas y hacinadas, se les rompían las alas y se las veía terriblemente estresadas por la situación. Cuando las tuvieron a todas bien apiñadas, un "trabajador", por llamarlo de alguna manera, de la empresa COLOMBA CONTROL SL, las iba agarrando y metiéndolas en unas cajas minúsculas. Indignada por la situación, saqué el móvil y me puse a grabar y a preguntar a esas personas por lo que estaban haciendo. Todas mis preguntas recibían la misma respuesta, "vaya al Ayuntamiento". Cuando dejé de grabar, se atrevieron a contarme que no iban a soltar a las palomas en el campo, sino ¡¡a matarlas!! Es un exterminio al que llaman “control de plagas y enfermedades”. Podéis ver los vídeos que hice en el facebook del Casal.
Investigando un poco, he descubierto la página web de la Associació Futur Animal, en la que se explica que esta empresa tiene adjudicado año tras año el contrato del Ayuntamiento de Barcelona para el exterminio de palomas en la ciudad. El procedimiento que usa esta empresa es poner a las palomas en camiones a oscuras para llevarlas a su destino final: una lenta muerte de más de cuatro minutos por asfixia con CO2.
A todo esto, la mayoría de los otros viandantes que presenciaron la misma escena que yo, ya habían dejado de prestar atención. Parece que si los hacinados son seres humanos choca e indigna, pero si son simples palomas no. ¿No es vida igualmente? No se merecen el mismo respeto? ¿No estaban aquí antes que nosotros? ¡¡¡Especistas de mierda!!!

Artículo de Sol Arenas (alias Erin Palomovich) aparecido en el número XIII de la revista bimestral del Casal de Barri de Prosperitat A las barriades! (página 11)


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